En este nuevo 14 de abril, vemos necesario escapar de la puntual y tópica aura rememorativa con la que se envuelve esta fecha, no por ello olvidando el carácter histórico y simbólico que a día de hoy sigue teniendo. En su lugar, buscamos que ese recuerdo del pasado que nos llena de nostalgia y rabia, se transforme en acciones encaminadas a la construcción de un proyecto feminista, antifascista y de clase.
Esa lucha perseguida, lleva consigo la abolición de títulos heredados por linaje, los cuales nunca representará a nuestro pueblo. Herencia que esconde décadas de opresión hacia el conjunto de Castilla, así como al resto de pueblos oprimidos bajo esa corona divinizada y tirana.
Por ello, cuestionamos esta forma de gobierno del Estado, lo que necesariamente implica revisar aquellas proposiciones que ofrecen cada una de las partes del territorio. En este contexto, debemos ser la voz de los pueblos que durante años han sido silenciados y sometidos.
A lo largo del territorio (Ciudad Real, Cuenca, Toledo, Talavera de la Reina, Madrid, Valladolid, Soria, Salamanca…etc.), hemos podido presenciar el surgimiento y la expansión de una serie de consultas en forma de encuestas sobre la organización política del gobierno y del Estado. Pese al carácter simbólico que tienen, este hecho ha evidenciado la necesidad que tenemos de expresar nuestros deseos de cambio, así como nuestro derecho a decidir entre república o monarquía, ya que jamás tuvimos la oportunidad de hacerlo.
Por último, hay que añadir que no buscamos una república de mínimos con simples modificaciones institucionales, sino un modelo de república igualitario, de derechos y de libertades populares, que no anule el carácter decisivo de los pueblos oprimidos bajo el actual Estado. En definitiva, una república que se conforme como el arma con el que la ciudadanía luche contra el sistema neoliberal y capitalista que tanto nos daña, apropiándose así de nuestra soberanía popular y económica.
Abajo los muros del régimen del 78,
¡Construyamos nuestro futuro!