A pesar de las recientes victorias del movimiento feminista, en este régimen, nuestras oportunidades y forma de vivir como mujeres jóvenes y rurales sigue siendo totalmente injustas e indignas, lo que nos sitúa (desde una perspectiva de la triple opresión, como mujeres, rurales y proletarias) aún en una mayor desigualdad.
Sufrimos el expolio de un proyecto político capitalista que aboga por nuestra desaparición: A diario nos encontramos con serias dificultades para poder ir a nuestros centros de estudios, para poseer un servicio sanitario de calidad o para acceder a un trabajo digno, ya que una vez finalizados nuestros estudios nos obligan a emigrar, pues carecemos de oportunidades en nuestros lugares de pertenencia.
Ante esto, nosotras ¡nos quedamos y resistimos! No pararemos de luchar por una vida digna en nuestros pueblos, por un mundo rural vivo y feminista donde todas las mujeres, incluidas las jóvenes, podamos vivir, participar y desarrollarnos.
Contra el vaciamiento de Castilla,
¡Feminismo rural!
Triplemente oprimidas: ¡Triplemente revolucionarias!