1M – ¡No pagaremos sus guerras ni sus crisis!

A la juventud trabajadora nos ha tocado vivir en un contexto histórico lleno de incertidumbre. Vivimos en un mundo en permanente crisis debido a la decadencia de un sistema capitalista que solo es capaz de ofrecernos miseria; trabajos de mierda con largos horarios y bajos salarios, dificultades para pagar el alquiler de un piso minúsculo, estrés, ansiedad, depresión, ludopatía, drogodependencia, privatización paulatina de servicios públicos, pérdida de derechos sociales, represión, desalojos de los espacios en los que la juventud trabajadora se organiza, guerra.

Este sistema, pese a encontrarse con serias dificultades para su supervivencia y reproducción a medio plazo, no sucumbirá por si solo y si no lo superamos, nos arrastrará a un abismo del que aún hoy no somos capaces de imaginar sus consecuencias.

Los estados occidentales hacen frente a la crisis y la pérdida de su hegemonía a nivel global, por medio de la preparación para una confrontación militar directa con los países que le disputan esa hegemonía. Esta preparación para la guerra la pagaremos como siempre la clase obrera a costa de un empeoramiento aun mayor de nuestras condiciones de vida, la pérdida de derechos sociales y el definitivo desmantelamiento de los servicios públicos como la sanidad, la educación y las pensiones. En caso de que sus planes bélicos se materialicen seremos los y las jóvenes trabajadoras quienes nos veremos obligados a empuñar sus armas y a morir luchando contra la juventud trabajadora de otros pueblos por el beneficio de unos pocos.

Prepararnos para evitar ese escenario es la tarea prioritaria de cualquier revolucionario especialmente para los y las jóvenes revolucionarios. Debemos parar los pies en primer lugar al Estado español y el aumento que ha anunciado de gasto en defensa que no es otra cosa que presupuestos de guerra para la preparación de esta. La salida de la OTAN es un requisito indispensable por representar el brazo armado del imperialismo en el mundo desde el fin de la segunda guerra mundial.

Sin duda la juventud trabajadora tenemos ante nosotros una difícil tarea pero es imprescindible abordarla si queremos construir un futuro mejor. Nuestra fortaleza reside en la organización colectiva como clase trabajadora y si ponemos toda nuestra fuerza e inteligencia al servicio de la misma la victoria estará más cerca.