Ante el alarmante aumento de la violencia machista, no podemos quedarnos en la superficie del problema, debemos tener claro que no es si no una cuestión intrínseca al capitalismo en su alianza con el patriarcado. En el actual contexto de crisis estructural del capitalismo occidental, esta violencia encuentra el terreno perfecto para crecer.

Todo este proceso de crisis y preparación para la guerra imperialista lleva asociado un embrutecimiento de la población caracterizado tanto por el irracionalismo e individualismo, a veces camuflados como ideas “progresistas”, como por el negacionismo de la violencia machista, lo que se refleja en el aumento y normalización de la violencia contra las mujeres como los feminicidios o la explotación sexual y reproductiva.
La evolución de los planes bélicos del imperialismo occidental solo harán que la violencia contra las mujeres aumente. Lo hemos visto en Palestina, donde utilizan la violencia sexual como arma de guerra; lo hemos presenciado en Ucrania, donde tras el inicio del conflicto la explotación sexual y reproductiva de las mujeres a aumentado considerablemente. Estos no son casos aislados, sino la manifestación de un sistema patriarcal que se intensifica con cada crisis capitalista.
Frente a esta realidad, consideramos que el feminismo liberal e institucional es absolutamente incapaz de dar soluciones reales a las mujeres. Las políticas de igualdad bajo el paraguas del los partidos del Régimen del 78, tanto de los de su ala izquierda como de los de su ala derecha, son meros parches en el mejor de los casos, y puro postureo en el peor. No sólo no protegen a las mujeres sino que muchas veces atentan contra ellas.
La única salida real es un feminismo revolucionario, de clase, antifascista y antiimperialista. Un feminismo que comprenda que la lucha contra el patriarcado es inseparable de la lucha contra el capitalismo y el imperialismo. Un feminismo que se organice en los barrios y pueblos, que construya poder popular y que enfrente directamente la derechización de nuestra sociedad. Como organización, tenemos claro el camino: frente a un sistema capitalista y patriarcal que nos mata, la única alternativa es la construcción de una Castilla comunera, feminista y socialista para vivir.
