Hoy las mujeres castellanas revolucionarias conmemoramos el 25 de noviembre, día mundial contra la Violencia de Género. Otro 25 de noviembre que las instituciones llenarán con homenajes, canciones, discursos vacíos y campañas en redes sociales. Otro 25-N en el que los grandes líderes lamentarán las, por ahora, 92 asesinadas confirmadas en el Estado español a lo largo de este 2016, pero ¿y después, qué?Después del 25, hay un 26, y un 27, y un 28. Y es entonces cuando esos discursos se diluyen en la realidad del día a día, también lleno de violencia, aunque no la narren los telediarios. Y es que detrás del discurso de las flores, los homenajes, las canciones, hay una realidad que el sistema no quiere mostrar: la que destapa que la violencia patriarcal es diaria, omnipresente y tolerada. La que nos enseña que no solo duelen los golpes.
La juventud castellana revolucionaria somos conscientes de la tremenda ofensiva patriarcal que desde el sistema capitalista, el gran aliado de la dominación masculina, se ejerce sobre el movimiento feminista de clase y combativo a través de la violencia. Por ello consideramos esencial destapar la realidad de la violencia machista cotidiana: la del desprecio, la opresión y la banalización del feminismo, la que se ejerce en la escuela cuando se educa desde el sexismo y la segregación; la que se ejerce en los grandes medios a través de telebasura que fomenta roles de sumisión y desprecio a la mujer; la que ejercen los chistes machistas “inofensivos” de los youtubers, la que alimenta los discursos falaces sobre denuncias falsas, la que culpabiliza a las que alzan la voz, la que alienta los piropos o el acoso callejero en los espacios públicos.
Cada violencia suma y se proyecta en las relaciones personales, en los espacios públicos, y también, por desgracia, en los movimientos sociales y políticos. Como militantes castellanas, entendemos que sólo un análisis de género y revolucionario desde Castilla y en Castilla podrá combatir de raíz el heteropatriarcado. Pues con los agresores no sólo valen palabras.
Este 25-N combatiremos la violencia patriarcal y recordaremos a las asesinadas, pero también lucharemos codo a codo con todas las mujeres que han sufrido la violencia machista y han salido adelante y luchando contra el patriarcado. Seguiremos trabajando todos los días por liberar de violencia patriarcal nuestros espacios de militancia, nuestras relaciones personales, y nuestra tierra castellana.
Las feministas revolucionarias no necesitamos gurús, sino aliados en el día a día. No queremos grandes discursos, sino hechos cotidianos.
No deseamos victimizarnos: queremos tomar la palabra, y la calle.