31M – Día de Castilla la Mancha.

Hoy, 31 de mayo de 2021, las instituciones conmemoran el 38 Aniversario de la constitución de las Cortes regionales en la comunidad autónoma de Castilla – La Mancha, cuya extensión se corresponde con las 5 provincias del sur del país castellano: Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Toledo.

Como en otras ocasiones, queremos aprovechar esta fecha para denunciar, por un lado, que nuestra tierra se está muriendo a manos de unos falsos representantes que no han hecho sino traicionarla en las últimas décadas, poniendo nuestros recursos al servicio de la oligarquía española.

La autonomía de Castilla – La Mancha nace en el año 1983 en el marco del proceso de reforma territorial del Régimen del 78. Al igual que el resto de comunidades autónomas en que está dividido el territorio castellano, se crea con los siguientes propósitos:

  • Servir a los intereses del bloque dominante español, siendo los representantes regionales simples títeres del poder central.
  • Borrar la identidad nacional-popular castellana, ocultando nuestra historia, los lazos con el resto de provincias castellanas, y generando deliberadamente disputas identitarias entre la Castilla manchega y el resto de comarcas.
  • Desmantelar progresivamente infraestructuras, des-vertebrando el territorio y favoreciendo su despoblación, a la vez que se permite la destrucción medioambiental: trasvase Tajo-Segura, macrogranjas y cementerios nucleares (ATC). En definitiva, convertir nuestra tierra en un desierto-basurero.

Todas estas políticas han convertido a Castilla – La Mancha en una tierra sin futuro para sus jóvenes, con una tasa de paro juvenil del 37,4% debido a la falta de un modelo productivo que permita a la juventud desarrollar sus proyectos vitales sin tener que emigrar a Madrid o a otras partes del Estado. Además, la tasa de abandono escolar asciende a casi un 20% en la región y las alternativas de ocio saludables son prácticamente inexistentes.

Desde hace unos años, los proyectos de ganadería industrial están asolando los pueblos nuestras 5 provincias, que lejos de atraer población y trabajo los están conduciendo hacia la despoblación y la insalubridad. En esta misma línea está el proyecto del trasvase Tajo-Segura, expoliando los recursos de la cabecera del Tajo y abocando a los pueblos ribereños a convivir con camiones cisterna para abastecerse de un recurso que les están robando.

Actualmente estas cabeceras se encuentran sobre el 30% de su capacidad y están abocadas a la sequía, si conseguimos acabar con este proyecto. Para combatir estas políticas que están matando a nuestra tierra, han surgido colectivos como Stop Macrogranjas, Pueblos vivos o los diferentes colectivos nacidos a nivel local en los pueblos afectados por el fenómeno de la ganadería industrial, así como la Plataforma en defensa del Tajo o la Asociación de Municipios Ribereños.

En cuanto a la lucha contra el cementerio nuclear, la población ha conseguido por medio de la Plataforma anti-ATC detener su construcción, aunque no obstante, la lucha continúa. Como se puede comprobar, la población de Castilla en el sur se ha levantado y ha luchado ante estas prácticas que asolan los campos, los municipios y el territorio castellano.

A todos estos negocios criminales tierra hay que sumar la absoluta des-vertrebración del territorio, que no cuenta con una red de comunicaciones eficaces que enlacen las comarcas y provincias entre sí. Las comunicaciones que encontramos hoy día son insuficientes y hay que recurrir, en no pocas ocasiones, a la red de comunicación de Madrid. Existe un total abandono de nuestras zonas rurales, en las que no hay siquiera un servicio de autobús que conecte los pueblos con su capital de provincia o con los pueblos vecinos.

Como vemos, el panorama es desolador a causa de las políticas regionales y estatales. Pero, pese a ello, podemos afirmar con orgullo que el movimiento popular en la Castilla Sur siempre ha gozado de buena salud en lo que respecta a la defensa de los recursos naturales, de los servicios públicos y en la lucha contra el fascismo y por la recuperación de la memoria histórica.

En los últimos tiempos estamos asistiendo a un repunte de la organización popular de carácter juvenil, feminista, anticapitalista y antifascista en la región, con el surgimiento y reforzamiento de las Coordinadoras Antifascistas y Colectivos juveniles en ciudades y pueblos, además de la intensa lucha en defensa de la sanidad pública por parte de las diferentes plataformas que se organizan en la región, en el contexto de la pandemia del COVID-19.

Por otra parte, es necesario recuperar nuestra memoria comunera y republicana como vehículo ideológico que nos permita pasar de la resistencia al ataque. Con la fragmentación intencionada de Castilla se buscó romper con un pasado comunero que fue muy importante en nuestra tierra, siendo Toledo, por ejemplo, uno de los últimos bastiones que resistieron a Carlos V, gracias a la lucha incansable de María de Pacheco y su ejército. Pero también se está olvidando la cultura y el folclore castellano, otro medio más para intentar borrar la historia de un pueblo que se niega a morir.

La dejadez y el olvido de los gobiernos regionales en materia de memoria histórica republicana está siendo paliada por las numerosas agrupaciones y colectivos populares, que tratan de recuperar la historia que aún sigue enterrado en cunetas y fosas comunes. Organizaciones como el Hospitalillo de Tarancón, La Gavilla verde o Víctimas de la dictadura en Castilla – La Mancha en formato web, luchan día a día para mantener viva la memoria republicana y antifascista, esa que fue tan importante en nuestra tierra, siendo Albacete, sin ir más lejos, sede de las Brigadas Internacionales.

Desde la juventud castellana y revolucionaria nos reafirmamos un año más en el deber moral y político de ser una herramienta útil para que las gentes, en especial la juventud, de lo que hoy es Castilla – La Mancha puedan desprenderse de las cadenas que les imponen el capital y el españolismo. Reconstruyamos la conciencia nacional del pueblo trabajador castellano, unifiquemos las luchas comunes que afectan a nuestras 17 provincias, desde la despoblación, la falta de oportunidades, a la imposición de proyectos criminales como las macrogranjas y los trasvases.

Defendamos nuestra tierra

Luchemos hasta tener voz propia.

Conquistemos nuestro inalienable derecho a decidir como pueblo.