Este 8 de marzo, a pesar de que ciertos sectores intenten transformar el Día de la Mujer Trabajadora en una fiesta vacía de contenido político, no daremos ni un paso atrás. La lucha feminista es imprescindible hoy más que nunca, por toda la violencia que vivimos por el hecho de nacer mujeres.
La jerarquía sexual que todavía existe en los empleos se traduce en: brecha salarial, discriminación en los puestos de trabajo, acoso sexual en ámbito laboral, división sexual del trabajo (ámbito privado-ámbito público) y minusvaloración del trabajo doméstico y reproductivo. También se puede ver el aumento de la feminización de la pobreza en la tasa de paro en mujeres: en el Estado español en 2022, según el INE, fue de un 14,61%; en menores de 25 años, ascendió a un 29,91%. El aumento de la precariedad se ve reflejado en los datos, más graves aún en el caso de la juventud y las mujeres.
La pobreza tiene nombre de mujer, gracias a la alianza entre el patriarcado y el capitalismo. A las mujeres se nos plantean alternativas a la precariedad cuya finalidad es convertirnos en objeto de consumo. Exigimos una Ley Orgánica Abolicionista del Sistema Prostitucional para evitar que más mujeres caigan en las redes de explotación sexual, incluyendo la prostitución encubierta o endulzada (“sugar babies”) que, aunque el mecanismo sea distinto, la finalidad es la misma: acceder a los cuerpos de las mujeres. Además, la pornografía fomenta prácticas de violencia sexual hacia las mujeres, ahondando en la cultura de la violación. Cada vez se blanquea más la pornografía a través de redes sociales de uso juvenil, aumentando la hipersexualización de las mujeres desde etapas más adolescentes. La falta de educación sexual, sumado a la facilidad de acceso de los menores -la edad media de inicio de consumo de pornografía es 8 años- a contenido pornográfico en internet, incita su reproducción y, por tanto, promueve la violencia machista.
Por otro lado, la explotación reproductiva también está en auge -algo que, como mujeres jóvenes, nos afecta especialmente. Se impulsan los vientres de alquiler en universidades a través de charlas, mientras buscan en países en guerra y alrededores más mujeres pobres a las que introducir en este negocio totalmente deshumanizante.
No daremos ni un paso atrás ante la ofensiva patriarcal que pone en peligro nuestros derechos. La presencia cada vez mayor del irracionalismo en la izquierda institucional hace que se fomente el borrado de las mujeres como sujeto político y como realidad, a través de políticas impulsadas por el Gobierno que incluyen medidas de represión contra las mujeres que nos atrevemos a denunciar esta barbarie.
Animamos a acudir a las convocatorias abolicionistas de los distintos barrios, pueblos y ciudades. Es imprescindible la organización en colectivos feministas para luchar contra el patriarcado, su violencia y sus métodos de control.
Mujer, ¡ni un paso atrás!
#PorLaAbolición de género, prostitución, pornografía
y vientres de alquiler.