Hace un año fallecía Doris Benegas Haddad, nuestra ya eterna compañera. Desde entonces hemos – y han – escrito tanto de Doris, que poco o nada nos queda ya pordecir. Para nosotr@s siempre será un ejemplo de profesional, de militante política, de activista social y de persona, porque Doris no era solo un gran referente político, también era una luchadora incansable por los derechos sociales, una gran trabajadora y sindicalista que no se rindió ante nadie, y sobre todo, una gran mujer que siempre teniauna sonrisa y una respuesta para cualquiera de nuestras dudas y de nuestros miedos.
Cuando reflexionamos en por qué la juventud, nuestra juventud, hemos decidido escoger el camino de la militancia castellana nos vienen a la cabeza muchos motivos.
Pero sin lugar a dudas, uno de ellos, es la solidaridad internacionalista, la humildad y la alegría que Doris, con su ejemplo y su lucha, nos ha enseñado. Hay luchas que se diferencian en muchos aspectos, y la nuestra, sin lugar a dudas, se diferencia por mantener estos valores comuneros que nos ha dado como ejemplo.
Y estos valores los hemos visto siempre reflejados en nuestra compañera. Los hemos visto en su actividad sindical, siendo una de las primeras mujeres que tomaban las riendas en las huelgas y luchas obreras. Lo hemos visto en su lucha como abogada y activista por los afectados por el aceite colza, por la plataforma Stop Desahucio o contra el narcotráfico de Pajarillos. Lo hemos escuchado en cómo nos han contado cuando se organizó Villalar de los Comuner@s en 1976 y fue prohibido por el gobernador civil, sin que cundiera miedo por centenares de luchador@s que siguieron adelante hacia el pueblo cercado por la Guardia Civil patrullando a caballos. Entre ell@s, y como no podía ser de otra forma, estaba Doris.
Lo hemos vivido con ella dirigiendo grandes plataformas que hacen tambalear al régimen como Iniciativa Internacionalista o la Coordinadora 25S. Lo hemos presenciado cuando se enfrentó a la policía que nos tenía retenid@s a más de cien jóvenes sin poder llegar a una manifestación de un Jaque al Rey y cómo se plantó delante del cordón policial y dijo sin dudarlo “Nos vamos”, y nos fuimos. Como tomó las primeras filas en la coronación del actual (e ilegítimo rey) y gritó que monarquía es corrupción, cómo se la llevó la policía detenida por defender los derechos de la clase trabajadora, y cómo regresó al día siguiente, magullada, a la Puerta del Sol después de pasar una noche en calabozo y con los brazos abiertos y la sonrisa en la cara para tod@s l@s que allí les estábamos esperando.
Las mujeres como Doris, son las mujeres (y personas) que mueven el mundo, que consiguen que el mundo cambie y que la militancia (y la vida) merezca la pena ser vivida. Porque cuando sabes que tienes una mano donde apoyarte para seguir, continuar en la lucha es más sencillo, y cuando sabes que hay una voz que te ayudará cuando seas silenciada, los gritos son más fuertes.
Pero que ya no esté no quiere decir que ni sus manos, ni su voz estén, porque han sido tan fuertes que han conseguido crear a lo largo de toda Castilla centenares de manos y de voces más que se alzan frente a la injusticia con la misma voracidad que Doris lo hacía.
Porque nosotr@s, como Doris también lo entendió, hemos comprendido que la única transformación real de un régimen político y social viene de las manos de los pueblos, trabajando en ellos, entendiendo sus realidades y su cultura para poder trazar el camino (o los caminos) que nos lleven a las verdaderas revoluciones transformadoras del régimen social. Nosotr@s, como Doris, hemos interiorizado los valores comuneros que dirigen nuestra lucha y nuestra vida cada día, y hemos reconocido la realidad plurinacional del Estado español y la necesidad de poner a Castilla como sujeto político propio para que se garantice un nuevo futuro y proyecto de estado. Hemos mantenido nuestra férrea lucha: la ruptura del régimen del 78, la ruptura con la monarquía, proclamar la República Comunera, a través de procesos constituyentes que se materialicen en nuevas formas de organizarnos y relacionarnos: Socialismo frente a la barbarie del capital, feminismo ante las opresiones del patriarcado, solidaridad contra el individualismo.
No nos queda más que decir, que seguimos en tu lucha. Porque – como ya dijimos – quienes mueren por el pueblo nunca mueren, solo dejan su legado en la historia como ejemplo, y tu lucha es nuestro ejemplo. Tu herencia nunca será borrada porque la llevamos grabada en nuestros corazones, los corazones de l@s chic@s de Doris, de la juventud revolucionaria castellana.
Volvemos a hablar de la perenne sonrisa de Doris, porque ella nos ha enseñado una forma de luchar: desde la bondad, la humildad y la sonrisa ante la adversidad. Sonrisa desafiante, amable, acogedora, peligrosa. Sonrisa que pone en valor la alegría de lo colectivo frente al individualismo. Sonrisa que nos ha adelantado a seguir adelante frente al miedo. Sonrisa que permanece en nuestra memoria y sonrisa que se dibuja en nosotr@s en cada recuerdo, en cada mirada, en cada puño en alto, en cada victoria. Porque Doris, tu sonrisa, está y siempre estará en cada un@ de nosotr@s. Tenemos muchos motivos para seguir en la lucha, honrar tu memoria es uno más. Nuestro homenaje será siempre, seguir en tu lucha, en nuestra lucha.
Tú nombre queda grabado en la historia de Castilla.