Se acerca una vez más el día en el que celebramos la revolución de las comunidades en Castilla, y según Carlos Marx, una de las primeras revoluciones modernas que se dio en Europa por parte del pueblo organizado, en contra de lo que empezó a ser el concepto de “España” como Estado opresor de pueblos y como unidad territorial, auspiciada por Carlos V.
Esta revolución fue única en aquellos tiempos, ya que la reacción ante las políticas llevadas a cabo por Carlos V y sus consejeros flamencos se dio entre la población trabajadora, campesina y pequeños artesanos, mayoritariamente.
Además, la presencia de María de Pacheco como una de las cabezas de la revolución y cabeza dirigente de un ejército popular, supuso un avance para la mujer del siglo XV, truncado por la derrota de la revolución comunera.
Cabe señalar la asistencia masiva a la conmemoración de esta revolución en los años de la transición, donde cientos de miles de personas, en su mayoría trabajadores, reclamaban soberanía para Castilla y mejoras en las condiciones sociales.
Más allá de datos históricos acerca de la revolución de los comuneros y sus consecuencias, hoy en día, sigue siendo clave y fundamental reivindicar dicha fecha como un día de lucha y confrontación contra el Estado Español y el capitalismo que conlleva el proyecto españolista.
La necesidad de una lucha y resistencia en la boca del lobo es parte clave que hará transformar nuestra sociedad hacia una sociedad donde los pueblos decidan su futuro, las relaciones económicas sean democráticas y el patriarcado caiga.
En numerosas ocasiones, se ha afirmado que el proyecto castellano es el proyecto español, pero no debemos confundirnos, precisamente Castilla ha sido completamente maltratada por el proyecto españolista, podemos comprobar la desintegración de nuestra nación en comunidades completamente inventadas, la despoblación del mundo rural (que es la mayor parte de nuestro territorio) asociada a una falta de inversión en todos los sentidos, la creación de megaciudades en las que se concentra el trabajo y al haber superpoblación, las condiciones laborales son peores dada la alta demanda de trabajo por parte de los trabajadores, pero poca oferta del mismo, la pérdida de una cultura común diluida en el simple folclore, etc.
Es de suma importancia volver a tejer las redes populares en nuestras distintas comarcas, pueblos y ciudades, ya que solamente con una conciencia nacional propia, la organización del pueblo trabajador castellano será la clave para darle el golpe de gracia al enemigo común de las clases trabajadoras de las distintas naciones que conforman el Estado Español.
Por ello, queremos recalcar que sin la lucha castellanista, no habrá soberanía o será muy difícil que el resto de pueblos del Estado lo consigan, solamente imaginad en una Castilla soberana, de por si el proyecto españolista y capitalista se desmoronaría, por ello queremos hacer nuestra lucha, la lucha de otros pueblos, y a su vez, la lucha de otros pueblos, como propia.
El régimen del 78 sabe perfectamente del peligro que exista un proyecto castellano soberano, que surja de las clases trabajadoras y populares, por ello hará todo lo posible por destruirlo y reprimirlo como hemos comprobado en numerosas ocasiones, muchas veces de forma desproporcionada para la capacidad de reacción con la que contamos.
Aun así, este pueblo seguirá en la brecha, luchando por lo que creemos justo para una sociedad sin clases, democrática y en la que la exista una igualdad entre géneros.
Así pues, este veintitrés de Abril invitamos a todos los que crean en nuestra proyecto a que acudan a Villalar de los Comuneros, para reivindicar juntos los tres pilares en los que se sustenta nuestra lucha.
¡Viva Castilla Libre, Socialista y Feminista!