Acción contra el monumento al alzamiento anticomunista húngaro.

Con este comunicado, desde Yesca queremos reivindicar esta acción, realizada en el monumento inaugurado el pasado año por Ahora Madrid a la mal llamada “Revolución Húngara de 1956”. Tenemos un compromiso con la historia. No dejaremos que en nuestro país calen las mentiras del capital: EL AYUNTAMIENTO DE MADRID Y EL GUIÓN DE LA HISTORIA

“La historia está siendo inventada en vastas cantidades… es más importante tener historiadores ahora, especialmente historiadores escépticos, que en cualquier momento previo.” E. Hobsbawm

Hacer pedagogía histórica es un deber revolucionario, porque para avanzar necesitamos conocer el camino andado. Hacer pedagogía con la política exterior un deber internacionalista, porque la solidaridad entre pueblos es el camino a un mundo más digno.

Decían Marx y Engels que la lucha de clases es el motor de la Historia: escribimos historia en cada calle, en cada pueblo, en cada lucha y en cada conquista social. Sin embargo, la Historia que queda en los libros y los anales la escriben los que ganan, los que se imponen por la fuerza del poder y el capital, los que narran una historia a la medida de sus intereses, y por supuesto, en masculino.

En la ciudad de Madrid sabemos bien qué compleja es la enorme tarea de reconquistar nuestra Memoria Histórica y Política, la recuperación material y simbólica de nuestros espacios. Muchas calles de esta ciudad y de muchos otras provincias de Castilla todavía llevan los nombres de los golpistas, de los asesinos, de genocidas, mientras que se pretende borrar en el tiempo y la desmemoria el recuerdo de la Resistencia Antifascista, de las Brigadas Internacionales que acogimos, de las que migraron para no regresar, de las que lucharon en la clandestinidad.

Madrid merece una Historia a la altura de sus luchas. Y sin embargo, con la llegada de Ahora Madrid al Ayuntamiento, que sin duda iba a traer aires de cambio y progreso a una ciudad con décadas de gobiernos ultraconservadores a sus espaldas, nos encontramos con que el consistorio, lejos de hacer cumplir con rotundidad el mandato popular y democrático de borrar el fascismo y el nazismo de nuestras calles, se esfuerza en perpetuarlo con acciones políticas completamente alejadas de la realidad municipal y que demuestran una indudable sumisión a los poderes del capital y del neoliberalismo internacionalizado. Un ejemplo reciente ha sido el de acoger a los Cascos Blancos en Madrid, la herramienta otanista para justificar intervenciones en Siria y refugiadas en Europa, o dar las llaves de la ciudad a Mauricio Macri, presidente, golpe suave mediante, de Argentina y otro que quiere dejar en el olvido a los desaparecidos de la dictadura militar.

La última y sin duda una de las más vergonzantes ha sido la de votar el apoyo a l golpista Leopoldo López, inhabilitado por hechos de corrupción, vinculado a instituciones financiadas por la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, responsable de acciones desestabilizadoras y a su cortijo, la guarimba de la oligarquía venezolana en el Pleno municipal. Un conglomerado de poderes neoliberales que incluye desde lo más granado de la plana mayor del Partido Popular a Ciudadanos, chistes de mal gusto como Bertín Osbone, o monopolios de manipulación como el Grupo Prisa o Felipe González. Salvo honrosas excepciones de concelaj@s como Sanchez Mato, Mauricio Valiente, etc. El consistorio demuestra así que no gobierna para las madrileñas, sino para complacer a estos “guionistas” de la Historia.

Nos sorprende esta actitud complaciente y servil con la derecha, “la casta”, estando a la cabeza del proyecto de Ahora Madrid una abogada laboralista cuyos compañeras fueron asesinadas por fascistas que aún siguen en las instituciones, contando con concejalas que han sido víctimas de un juicio público por denunciar los abusos de poder de la Iglesia Católica -aunque ahora se arrepienta y se disculpe- o un concejal, víctima del acoso mediático conservador por un tweet, que hizo carrera profesional en Cuba, beneficiándose de su excelente oferta académica del socialismo latinoamericano.

Decía Francis Fukuyama, historiador neoliberal, que la Historia terminó con la caída del muro. Daniel Bell, de la misma corriente, celebraba el fin de las ideologías, una postura que comparte al parecer, gran parte de las fuerzas políticas de esta ciudad, que se suman a esa desideologización forzosa que construye relatos acríticos, despojados de combatividad y que niega identidades históricas en nombre de “lo viejo” y “lo nuevo”. El ejemplo más bochornoso es el de la estatua Memoriam de la mal llamada revolución de Hungría en 1956. Esta se incluye dentro de las narrativas históricas de los vencedores que han construido un discurso en torno a una Europa del Este castigada por el socialismo y rescatada por las democracias, una historia ideologizada que busca perpetuar el dominio neoliberal en tiempos de crisis del modelo capitalista. Son esas mismas narrativas las que nos hablan de la Guerra Civil española como una guerra “de hermanos contra hermanos” y no como un ataque fascista y genocida a un régimen político de progreso social, la República, que fue clave en la Historia europea y en la época.

Denunciamos la sumisión del consistorio a los “guionistas de la Historia”, en vez de trabajar por construir un relato histórico inclusivo del pasado, presente y futuro de la ciudad de Madrid y sus vecinas en una oportunidad histórica por limpiar por fin el tufo del nacionalcatolicismo de nuestras calles y construir nuevas redes de vecindad y ciudadanía local y global en códigos diferentes a los del capital.

Contra el discurso del todo vale y de las heridas cerradas, de hacer política exterior desde la injerencia y el etnocentrismo, de ceder ante los que quieren reescribir la historia dejándonos en los márgenes. No queremos propaganda neoliberal en nuestras calles.

¡Madrid escribe su propia Historia!