En primer lugar, queremos dejar claro nuestro rechazo frontal al proyecto que representa la Unión Europea y su pantomima de Parlamento. La UE ya desde sus inicios ha sido una institución antidemocrática, de raíz imperialista, creada a partir de tratados económicos entre los grandes capitales del continente para asentar su dominio y como muro de contención ante el auge del socialismo tras la Segunda Guerra Mundial. Para Castilla en concreto, la entrada del Estado español en la UE ha resultado nefasta, hipotecando el futuro de nuestra industria, minería, agricultura y ganadería, regulando nuestra política económica, enfocando nuestra producción y nuestras importaciones y exportaciones hacia intereses extranjeros y no en base a las necesidades de nuestro pueblo. La dominación económica ejercida por la UE sobre Castilla, ha supuesto en pocas décadas un cambio de paradigma, de una economía productiva y relativamente soberana hacia una economía de subvención, deuda y sumisión. El mejor ejemplo de la pérdida de soberanía económica de un país es el hecho de no tener moneda propia y no poder controlar esa política monetaria. La moneda única sólo es sinónimo de esa falta de soberanía y por tanto, no se puede pretender un cambio en la política económica de nuestro país sin nuestra salida del euro.
Este trato de colonia, simbolizado a la perfección en la prioridad del pago de la deuda, engrana a la perfección con la estructura de corrupción del Estado español. A la Troika le vienen como anillo al dedo tanto la corrupción como el desorden económico y productivo de nuestro país; nuestros gobernantes rinden pleitesía a la UE y la UE compensa a nuestros gobernantes. Es por ello que, a pesar de las falsas esperanzas de ciertos sectores, estamos firmemente convencid@s de que la UE no va a permitir en su seno la autodeterminación de absolutamente ningún pueblo del Estado español, como tampoco va a permitir absolutamente ningún proceso de emancipación social, política ni económica dentro de sus fronteras. El mejor ejemplo de ello son las amenazas de expulsión y boicot económico a Grecia por cuestionar la política económica y plantear simplemente un referéndum sobre las condiciones del pago de la deuda.
No creemos tampoco a quiénes, por desconocimiento o por malicia, intentan vendernos la UE como una institución reformable y democratizable. No es cierto que ahora exista una “deriva neoliberal” de la UE; lo que existe es un proyecto planificado desde hace décadas para la destrucción total de las economías periféricas, de su sector público y de los derechos históricos conseguidos por su clase trabajadora. Y este proyecto no es posible pararlo desde dentro de esa misma estructura, porque esa estructura ha sido creada precisamente con ese objetivo: la acumulación de capital en base al despojo de los pueblos de la periferia y de su clase trabajadora. La UE necesita ejercer esa dominación imperialista sobre su periferia, y lo hará incluso quitándose la careta democrática y recurriendo si es necesario al fascismo, como está sucediendo con su intervención en Ucrania. En definitiva, la UE no sólo no es la solución para los problemas de Castilla, sino una de sus causas principales y un puntal para asegurar la dependencia de nuestro pueblo dentro del Estado español y de la economía europea. La falta de independencia económica nos impide así mismo, generar otro tipo de lazos con el resto de pueblos europeos, con los que, lejos de querer alejarnos, nos gustaría unirnos, pero eso sí, en pie de igualdad y solidaridad.
Una vez explicado nuestro análisis, debemos aclarar que respecto al electoralismo en ningún caso somos izquierdistas; el hecho de participar o no en unas elecciones burguesas es para nosotr@s una opción táctica que debe servir para el avance del movimiento popular. En esta ocasión, no consideramos de utilidad apoyar ninguna candidatura a las elecciones europeas, ya que hemos analizado que ninguna representa los intereses del pueblo trabajador castellano en nuestra estrategia de ruptura con la UE y el Régimen monárquico español.
Durante años el trabajo de nuestra organización ha demostrado que creemos firmemente en la unidad de la izquierda de Castilla y del resto de pueblos del Estado español. Sin embargo, no creemos en quiénes se escudan en esa hipotética unidad de la izquierda únicamente para pedir nuestro voto, mientras que se deja de lado la verdadera unidad en la calle. ¿Quién está exigiendo la salida de la UE y el euro?¿Quién está denunciando la naturaleza corrupta del Régimen del 78?¿A quién vemos dar la cara ante el atropello de nuestros derechos y libertades, por ejemplo ante casos tan graves como el encarcelamiento de los jóvenes Miguel e Isma?¿Quién de verdad quiere acabar con el Régimen monárquico español y quién pretende ilusioria o maliciosamente reformarlo? Para nosotr@s las puertas están abiertas, pero necesitamos una verdadera unidad en la estrategia y en los objetivos, y no sólo palabras bonitas. Y sobre todo, la valentía necesaria para afrontar este momento histórico para nuestros pueblos.
El otro punto principal que nos hace no dar apoyo a ninguna candidatura es el referente al Derecho de Autodeterminación de los pueblos que convivimos bajo el Estado español, ya que ninguna candidatura reconoce en la práctica el derecho de Castilla a ejercerlo en igualdad con el resto de pueblos. No nos sirven tímidas menciones a ejercer ese derecho, y menos cuando se pretende reconocerlo, influenciado por el discurso nacionalista pequeño-burgués, únicamente para Galicia, Cataluña y País Vasco. Ese discurso (galeuscat vs restoespaña), que al parecer es punto común de la izquierda reformista española y algunas izquierdas soberanistas, no solo discrimina a nuestro pueblo, sino que además resulta un autoengaño si se analiza la propia estructura de dominación del Estado español. Para nosotr@s es sencillo;el camino para la ruptura con el Régimen y, por tanto, hacia la autodeterminación, no puede hacerse en solitario, necesitamos golpear conjuntamente desde cada pueblo. Seguramente a medida que se agudicen las contradicciones dentro de la izquierda este hecho quedará constatado.
A pesar de todo ello, sabemos que las elecciones europeas son una fecha de importante movilización política, que va a generar debate y reflexión, así como expectativas en diferentes sectores del pueblo trabajador. Es por ello que creemos que no se debe dejar pasar esta fecha para hablar de las diferentes alternativas políticas existentes y para mostrar de manera activa el rechazo frontal a la Unión Europea y sus consecuencias. Por lo tanto, apelamos a la capacidad crítica de la juventud castellana para afrontar de la manera que considere más consecuente y provechosa para nuestro pueblo los siguientes comicios.
Desde nuestra organización seguiremos trabajando como venimos haciendo, para defender los intereses del pueblo trabajador castellano, que en este momento se basan en la acumulación de fuerzas rupturistas, en la creación de tejido y movimiento popular y en ir avanzando posiciones para hacer posible a medio plazo el desmantelamiento del Régimen del 78 y su sumisión colonial a la UE, generando así un contexto que posibilite caminar hacia una economía socialista y la autodeterminación de nuestro pueblo.