Más de dos mil personas se dieron cita el pasado 12 de Febrero en el pequeño municipio de Villar de Cañas (Cuenca) para expresar su desacuerdo con la implantación del Almacén Temporal Centralizado (ATC). Como bien sabemos, la elección de dicho municipio como lugar para almacenar los residuos radiactivos de alta actividad provenientes de las centrales nucleares ubicadas en territorios bajo jurisdicción española no ha sido en ningún caso transparente y carece de consenso social por parte de la población local y castellana, que se niega a que nuestra tierra sea deteriorada de este modo.
Es evidente que la decisión de implantar el ATC en este municipio es absolutamente política. En ningún caso fomentará el desarrollo de la región, sino que por el contrario contribuirá aun más a la despoblación y al empeoramiento de nuestros campos, que ya de antemano se ven resentidos por la escasez de agua, dado que el ATC tiene previsto construirse sobre un acuífero.
Hay que destacar que a los ciudadanos les han engañado haciéndoles creer que el trabajo iba a aumentar gracias a este cementerio nuclear, pero no olvidemos que los puestos de trabajo generados deberán tener un alto grado de cualificación y especialización (ya han sido publicados y se trata de 9 puestos para especialistas en la materia, como era evidente), por lo que la mayoría de ellos serán de personas ajenas al municipio, condenando a éste y a los demás pueblos limítrofes a serias dificultades para desarrollar actividades realmente sostenibles y respetuosas con el medio ambiente, como pueden ser la agricultura y ganadería o el turismo rural. Por el contrario impedirá que el desarrollo de las energías renovables, que si son una realidad positiva para el empleo y el medioambiente, continúe adelante.
El alcalde de Villar de Cañas, José María Saiz Lozano (que ese día ha declarado haberse ido de cacería para no cruzarse con la visita), nos declaró a los manifestantes personas non gratas y con gran hincapié consiguió que los vecinos del municipio llenaran sus balcones con pancartas a favor del ATC y en contra de José María Barreda, que, cómo no, aprovechó la ocasión para hacer acto de presencia frente a la prensa para “defender” esta tierra, cuando él nunca ha hecho nada por ella, sino abandonarla y desprotegerla durante su presidencia en la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha. Su visita al municipio es un claro signo de oportunismo para aparecer en los medios que por supuesto no se nos escapa. En relación a la prensa, destacamos que fue noticia en los medios franceses: gracias a vender nuestros pueblos, allí se desharán de toda la basura nuclear producida por las centrales del Estado español que llevan almacenando años a cambio de precios desorbitados debido al peligro que ello conlleva.
Los manifestantes fueron llegando progresivamente desde las once de la mañana, algunos en vehículos privados, otros en los autobuses puestos a disposición por la organización, aunque también llegados en bicicleta como hicieron algunos jóvenes de El Pedernoso o a pie como los miembros de Ecoaldea de Mota del Cuervo, que recorrieron el trayecto entre ambas localidades acompañados por dos burros que les ayudaron con la carga.
Durante la manifestación hubo un escenario por el que fueron pasando personas de los diferentes colectivos convocantes, que ya suman en la Plataforma unos cincuenta, portavoces de localidades con instalaciones nucleares como Garoña, Zorita, Trillo, agricultores, representantes de industrias de energías renovables… Entre los ponentes también hubo un vecino de Villar de Cañas, que aseguró que “somos muchos, pero en el pueblo hay miedo a decirlo”. La convocatoria ha sido apoyada por personas provenientes del resto del estado, que se han solidarizado con nuestra tierra.
Después de dos horas de concentración de agradable ambiente y amenizado por diversas actividades lúdicas se realizó una visita a la laguna del Hito, como un ejemplo de los recursos que tiene la zona para lograr un desarrollo sostenible.
Agradecemos la participación de todo el mundo y os invitamos al siguiente encuentro que tendrá lugar el próximo 11 de Marzo, aniversario de Fukushima, para que el pueblo castellano manifieste su rechazo a la voz de “¡Castilla Comunera, nucleares fuera!”.