La sociedad que se vive en Castilla es una sociedad que está caracterizada por estar divida en clases sociales. Esta situación es fruto de un proceso histórico en el que un sector de la sociedad -el mayoritario- ha visto como su capacidad de transformar la realidad mediante el trabajo ha sido utilizado por otro sector de la sociedad –el minoritario- en beneficio propio. O dicho de otra forma, la clase social que está en el poder siendo dueña de los medios de producción, se ha enriquecido a costa de un trabajo ajeno -el de la clase social mayoritaria- y en condiciones de explotación. Lo cual tiende a que surjan dos clases sociales, una opresora y la otra oprimida.
Esta situación se sigue dando a día de hoy en Castilla así como en otros países, en las que la clase social opresora es el empresariado y la clase social oprimida es la clase trabajadora. De esta forma el empresariado se enriquece a costa de la explotación laboral que sufre la clase trabajadora que dan fruto a las situaciones de injusticia social; en eso consiste el sistema capitalista.
Para el pueblo trabajador castellano, las condiciones que se dan en el trabajo no son precisamente las más adecuadas, viéndose agravadas cuando existen contextos de crisis económica, ya que su situación laboral se precariza en mayor medida. Esta situación se acentúa más si cabe para aquellos-as jóvenes que son trabajadores-as, ya que la explotación, la eventualidad, los despidos, las discriminaciones sexistas, los salarios bajos o el paro son el pan nuestro de cada día.
Este contexto de explotación empresarial sobre la juventud trabajadora castellana, lo encarnan a la perfección en la práctica las denominadas ETT o Empresas de Trabajo Temporal. Las cuales fueron implantadas en Castilla en su día de mano del PSOE estando dicho partido en el gobierno como una forma hipócrita de mostrar una subida en las estadísticas de creación de empleo para lavar su imagen.
Muchos-as jóvenes fruto del desconocimiento u obligados por su situación personal y sus propias circunstancias, firman contratos con las ETT para trabajar. La situación que se da es que el/la joven desarrolla su trabajo para una determinada empresa –denominada empresa usuaria- pero el contrato no lo firma con dicha empresa sino con otra diferente, la ETT. La empresa usuaria paga a la ETT una determinada cantidad de dinero por que envíe a un/una trabajador-a a desarrollar un determinado trabajo, y la ETT se encarga pagar un salario a la persona que contrata. Evidentemente, el salario que cobra el/la joven trabajador-a es una cantidad mucho menor de la que paga la empresa usuaria a la ETT, llegando en muchísimas ocasiones a no alcanzar ni la mitad de dicha cantidad. Esto dicho con otras palabras es lo mismo que afirmar que la ETT se puede quedar con más de la mitad del salario que paga la empresa usuaria por el trabajo que desarrolla el/la joven trabajador-a. Además habría que añadir a esto que el beneficio que produce el trabajo del/de la joven empleado-a, una parte va destinada al salario del/de la joven pero otra parte considerable va para el enriquecimiento del empresario.
De este tipo de situaciones laborales son responsables tanto la ETT como la empresa que contrata sus servicios, ya que ambas se ven igualmente beneficiadas y ambas son igualmente responsables de la situación de explotación que sufriría el/la joven trabajador-a.
Los contratos que tienen aquellas personas que firman con ETT son de una duración reducida, son los denominados temporales “por obra y servicio” que viene a ser en la práctica un contrato en el que la empresa puede despedir cuando quiera al/a la trabajador-a saliéndole gratis, contratos en los que en la práctica no se tienen vacaciones, y por supuesto con sueldos muy bajos en los que únicamente se cobra el salario base que es lo mínimo que estipula la ley, pero que es una cantidad que no se puede considerar en absoluto un salario digno.
Muchas empresas a parte reducir plantilla para que un determinado trabajo se haga entre menos trabajadores-as de los que realmente se requerirían, deciden contratar a jóvenes por ETT para desempeñar esos puestos de trabajo. De esta manera dichas empresas obtienen mayores beneficios económicos ahorrándose una cantidad de dinero considerable en sueldos. Pero los-as jóvenes contratados por ETT tienen muy difícil defender sus derechos en el trabajo ya que la empresa dispone a su servicio del despido libre, es ilegal que ejerzan actividad sindical en el centro de trabajo con las consecuencias que puede tener ejercerla y los sindicatos mayoritarios, que están servicio del sistema capitalista –UGT y CC.OO.-, no hacen nada para que esto cambie.
Todo esto implica que en la práctica los-as jóvenes trabajadores-as contratados por ETT no tienen derechos laborales. Implica que la opción para trabajar es que suframos la explotación de los capitalistas. Implica que con nuestros sueldos no podemos costear por nuestra propia cuenta derechos que supuestamente nos garantiza la Constitución española como podría ser el de una vivienda digna. Implica que no podemos desarrollar una vida en sociedad con normalidad sin la dependencia económica familiar.
Por eso es imprescindible que los-as jóvenes de Castilla tomemos conciencia de nuestra propia situación de explotación por parte del sistema capitalista. Sistema que dirige al Estado español en función de sus propios intereses los cuales son opuestos a los de la juventud trabajadora castellana. Esto lo vemos por ejemplo en el recorte de gastos en temas sociales, incluidos por supuesto los de ámbito juvenil, y en la inyección de dinero que hace el Estado español a negocios capitalistas. Y todo ello con la complicidad de los partidos políticos mayoritarios: el PP, PSOE e IU.
La juventud trabajadora de Castilla no debe permitir ser explotada por los capitalistas. Y la única manera de conseguirlo es organizándose y luchar. Es imprescindible que señalemos claramente, denunciemos y luchemos contra quienes son responsables de este tipo de situaciones, como en este caso concreto son las ETT.
Entendemos que la alternativa al sistema de explotación actual –el capitalismo- es un sistema en el que los medios de producción sean de propiedad colectiva, en la que deje de existir situaciones en las que grupos de personas se vean enriquecidas a costa de un trabajo ajeno caracterizado por la explotación laboral: por eso desde Yesca entendemos que la juventud trabajadora castellana debe organizarse y luchar por el socialismo como única garantía de lograr una Castilla sin clases sociales.
¡No a las ETT! ¡No al trabajo precario!