Ni bandas, ni odio: por unos barrios multiculturales.

La mañana del domingo amanecíamos con una trágica noticia: dos jóvenes asesinados y otros dos heridos de gravedad en una sola noche en distintos puntos de Madrid. En todos los casos el patrón ha sido el mismo, un grupo de jóvenes en busca de pandilleros rivales.

Desde Yesca llevamos años denunciando la proliferación de las bandas organizadas en los barrios obreros de Madrid y las consecuencias que eso conlleva. Entendemos que es un problema estructural del sistema del Estado español: precariedad, servicios públicos insuficientes, la falta de espacios de ocio saludable para los jóvenes o la carestía de la vida, entre otras cuestiones, generan un caldo de cultivo para la aparición de estos grupos. De esta forma, los vecinos y vecinas de los barrios nos encontramos con bandas que se dedican a captar a jóvenes en riesgo de exclusión social para cometer todo tipo de violencias: narcotráfico, robos, prostitución, peleas e incluso, como hemos podido ver este fin de semana, asesinatos.

No obstante, no debemos caer en paternalismos y discursos de romantización de las bandas como elementos integradores de la juventud migrante, precisamente porque son esos menores y sus familias los que más sufren este tipo de violencias. Es nuestro deber, como juventud política organizada, denunciar estas pandillas y los conflictos que generan en los barrios obreros, conocer los problemas estructurales que influyen en su extensión y generar espacios de encuentro juveniles que promuevan la multiculturalidad, el apoyo mutuo, la convivencia y una lucha colectiva entre vecinos y vecinas.

NI BANDAS, NI ODIO:

POR UNOS BARRIOS MULTICULTURALES