Una imagen vale mas que mil palabras. Lo ocurrido la tarde del domingo en las calles y balcones de Barcelona no es sino un ejemplo durante más del rechazo popular hacia la figura del rey Felipe VI y del debilitamiento de un régimen que, herido de muerte, usa la violencia contra quienes no se arrodillan ni a la monarquía ni a la mafia. Muy al contrario de lo que esperaba su majestad , la capital catalana no rindió pleitesía alguna. Y cuando hablamos de pleitesía hablamos de rendimiento, de una muestra reverente de cortesía, que no es otra cosa que una demostración o acto con que se manifiesta la atención, respeto o afecto que tiene alguien a otra persona.
A tenor del rostro de Felipe VI durante la noche de ayer, podemos intuir que alguna pregunta rondaba la cabeza tanto del Borbón como de los mafiosos y mafiosas que gobiernan el Estado español. Seguramente se preguntaran por qué existen súbditos y súbditas que no demuestran su sometimiento al rey ya todo lo que este representa, sino que le hacen sentir incómodo y le obligan a salir de las calles de Barcelona escoltado y por la puerta de atrás en forma de derrota . Y es que, ¿acaso no es la monarquía una forma de gobierno que representa la subordinación de un pueblo a un rey? En efecto, el régimen monárquico del 78 se asienta sobre cimientos de dominación, violencia y persecución política hacia posturas disidentes, heredados de la larga sombra del franquismo.
Solo echando un vistazo a la prensa estatal e internacional podemos darnos cuenta del nivel de persecución política que ejerce un sistema que se desmorona hacia quienes hacen democracia en forma de referéndum y tienen que exiliarse para no acabar entre rejas, apuesta hacia quienesn por la república y la autodeterminación de los pueblos, hacia quienes se atreven a denunciar las fuerzas represivas del Estado español, hacia quienes cuestionan la legitimidad del régimen del 78, hacia quienes cantan y escriben lo que ni el rey ni sus mafiosos y mafiosas quieren escuchar… En definitiva, hacia quienes apostaron por la construcción de una sociedad más justa.
Somos conscientes de que hoy, más que nunca, es imprescindible aglutinar todas nuestras fuerzas en torno a la soberanía y la libertad de los pueblos que conformen el Estado español y que posibilitarán las conexiones de fuerzas que asestará el golpe definitivo al régimen del 78. Y como republicanas y republicanos, comuneras y comuneros, y como feministas, tenemos responsabilidad colectiva y una deuda con la historia de nuestro pueblo. Sin embargo, para derribar este régimen debemos trabajar de forma conjunta, desde una unidad de acción legítima y efectiva, abrazando y caminando junto a todos los proyectos republicanos e independentistas de los distintos pueblos del Estado español.
Como hemos venido manifestando de un tiempo a esta parte, es el momento de pasar a la acción. Es el momento de asestar el golpe definitivo a un régimen que se sabe herido de muerte y que para sobrevivir nos persigue y nos reprime. Es el momento de salir a la calle, de perder el miedo. Es el momento de dejar de rendir pleitesía a la corona ya su Mafia. Es el momento de la verdadera unidad de acción desde abajo, desde los pueblos, contra el régimen del 78. Es el momento del Jaque a la Monarquía.
Es el momento de hacer posible el sueño republicano, feminista y comunero.