Solidaridad feminista en Valladolid con las presas políticas vascas.

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Con motivo del 15 aniversario del colectivo Euskal Herriko Bilgune Feministak han ha convocado una marcha exclusiva de mujeres a la cárcel de Villanubla el próximo sábado 11 de febrero para denunciar la situación en la que se encuentran las presas en general y las presas vascas en particular, que además sufren el problema añadido de la distancia a la hora de las visitas de sus familiares. Feministas de Valladolid apoyan este acto por varios motivos.

Las mujeres presas sufren un doble castigo, el penal, y el social.

El Estado español, dentro de la Unión Europea, es el que tiene mayor tasa de mujeres en prisión, con un número significativo de presas políticas: vascas, gallegas, anarquistas, activistas…

Aunque sean muchas, 4452 reclusas, existen sólo cuatro centros penitenciarios específicos para mujeres: Madrid I; Brieva, en Ávila; Alcalá de Guadaíra, en Sevilla, y Wad-Ras, en Barcelona. Por lo tanto, la mayoría de las presas se encuentran recluidas en prisiones para hombres, donde les dedican menos recursos económicos y materiales.

La población reclusa femenina tiene además características específicas que son ignoradas: un 80% de las presas han sufrido de violencia de género, las personas que están en riesgo de exclusion social, están sobre-representadas en los penales. Las presas madres que continúan al cuidado de sus hijas son el 92% mientras que sólo el 25% de los presos padres se ocupan de esta tarea, incluso la menstruación se convierte en un problema, ya que se limita el acceso a las compresas.

En Villanubla hay actualmente 41 mujeres encarceladas. Sabemos que se quejan de su módulo, muy limitado y con un patio excesivamente pequeño y oscuro. Los presos tienen el apoyo de sus madres, compañeras, hijas, etc. En el caso de las mujeres, ese apoyo externo falla muy frecuentemente.

En nuestra Comunidad Autónoma solo la cárcel de Ávila es exclusiva de mujeres y por ello muchas presas se encuentran más aislados de su entorno. En el caso de las presas políticas vascas, además, hay que sumarle la dispersión, método usado por el Estado para no sólo castigar a las presas, sino también a las familias, teniendo que recorrer semanalmente miles de kilómetros si quieren visitar a sus familiares y amigas que cumplen condenas por todo el territorio, añadiendo una carga económica a la problemática. Al igual que no haya transporte público a los centros penitenciarios del estado, obligando a las familias a ir en taxi. Añadiendo también que muchas sufren el aislamiento, donde sobreviven en condiciones infrahumanas.

Por todo esto queremos acompañar a Euskal Herriko Bilgune Feministak en su marcha a Villanubla el próximo sábado 11 de febrero a las 13:00h en la puerta de la cárcel, e invitamos a todas las mujeres conscientes de esta realidad a que se unan a nosotras.