Nos robaron la ilusión,
nos robaron la alegría,
nos robaron la risa,
nos robaron el hablar,
nos robaron el quejarnos,
nos robaron la opinión,
nos robaron el pensar,
nos robaron el cuerpo,
nos robaron la salud,
nos robaron la libertad,
nos robaron la vida,
nos robaron nuestro tiempo.
Pudimos haber sido muchas cosas, mujeres,
mujeres que luchan contra los desahucios,
mujeres que luchan por la sanidad pública,
mujeres que luchan contra la monarquía,
mujeres que luchan por la soberanía de su pueblo,
mujeres que luchan contra el patriarcado.
Pero las asesinaron, las asesinó el patriarcado, un sistema que fomenta la violencia contra las mujeres y las asesinaron hombres por el hecho de ser mujeres que creían que las pertenecían y que ellos decidían hasta sobre la vida de ellas, sintiéndose en el derecho de matarlas.
Por eso, y por las múltiples formas de violencia contra las mujeres que sufrimos día a día en nuestros cuerpos, en nuestras mentes, por todas esas violencias nos unimos, nosotras, todas, las mujeres, porque nos quieren calladas y sumisas, nos tendrán gritando y en rebeldía, porque juntas somos fuertes, porque juntas nos protegemos y juntas luchamos contra los sistemas que nos oprimen como mujeres, como clase y como pueblo, porque estamos triplemente oprimidas, somos triplemente revolucionarias.
El feminismo es nuestra herramienta.
Ni una más, ni una menos.
¡Viva Castilla feminista y comunera!