Buenos días compañeros y compañeras.
Otro año más nos vemos en esta campa que desde hace casi quinientos años, desde la Revolución comunera, no ha dejado de ver luchar a nuestro pueblo. Los y las castellanas tenemos la triste suerte de ver cómo desde entonces poco ha cambiado. Seguimos viendo cómo en base a intereses de grandes empresas extranjeras se destruye el tejido productivo de nuestro pueblo y se degradan los derechos de la clase trabajadora, y en especial, de la juventud.
La juventud castellana tenemos que ver cómo se nos recortan cada vez más nuestras alternativas laborales y profesionales, cómo seguimos siendo la punta de lanza de las estadísticas del paro y de la precariedad, cómo con los sueldos de miseria no nos da para pagarnos la carrera o el alquiler. En definitiva, tenemos que ver cómo se nos hace presos y presas de un sistema que nos oprime como clase, como género y como nación.
Esta opresión se ve más acentuada, si cabe, en el medio rural, donde este régimen no ha hecho más que vaciar nuestros pueblos de servicios, infraestructuras, trabajo y de gente, sobre todo de gente. Y es que esta Castilla Vaciada no le interesa al régimen, para poder así seguir produciendo con cada vez menos costes y con una mano de obra cada vez más barata y con menos derechos. Lo que no saben las élites del poder es que no es al régimen al que no le interesa Castilla, sino que ¡es a Castilla a quien no le interesa este régimen!
El medio rural castellano se está organizando frente a este abandono en decenas de plataformas a lo largo y ancho de nuestro pueblo y que hace un mes se manifestaron por miles en Madrid diciendo que no es que Castilla esté vacía, sino que está siendo vaciada. Y, en este caso, queremos destacar la creación del Bloque Joven Rural que le da sentido a esa frase de lucha de nuestra juventud en la que nos reafirmamos: ¡ni emigramos ni nos vamos, nos quedamos y luchamos!
Pero no solo el medio rural quiere desencadenarse de este régimen, sino que, siguiendo el camino de años anteriores, este año, las mujeres hemos vuelto a parar todo nuestro pueblo. Hemos vuelto a decir basta a este sistema capitalista y patriarcal que nos oprime cada vez más y que sigue intentando prohibirnos decidir acerca de nuestras vidas y de nuestros cuerpos. Sigue amparando el maltrato con un sistema judicial machista y corrupto que deja a asesinos y maltratadores en la calle mientras multa y encarcela a quienes luchamos por la libertad de la mujer. Y, a pesar de que hemos parado nuestro pueblo y lo hemos llenado de lucha feminista, no hemos vencido. El sistema se intenta reorganizar, e intenta dividir el movimiento feminista con su nuevo feminismo liberal con el que reivindican una liberación ficticia para las mujeres, con grandes eslóganes. Frente a la explotación de nuestros cuerpos: ¡Feminismo de clase! ¡Castilla será feminista o no será!
Ante toda esta oleada de movilización en clave rupturista en nuestro pueblo, fruto de la debilidad del régimen, éste está mostrando sus garras a nivel institucional y callejero. El régimen está blanqueando el fascismo y dándole alas en los medios de comunicación, dándole una publicidad y una credibilidad que sin estos medios doblegados al sistema no tendrían. Poniendo sobre la mesa sus discursos retrógrados y de odio. Por otro lado, les están dejando campar a sus anchas en los barrios obreros, en colaboración con una policía política que les hace el trabajo sucio, multando, agrediendo y deteniendo a quienes les plantamos cara.
Pero la juventud castellana no se deja amedrentar, y siempre estará codo con codo junto al movimiento popular en la lucha antifascista. No vamos a dejarles respirar, en cada rincón de Castilla dónde intenten desplegar su discurso de odio habrá un joven o una joven comunera que les plantará cara. Hoy se hace más vigente que nunca esa mítica frase que decía el pueblo trabajador castellano de Madrid en su defensa contra el franquismo, y que nosotros decimos con convicción y orgullo. En Castilla los fascistas ¡No pasarán!
Para terminar, decir que nuestro pueblo no está solo. El régimen ha dejado de tener credibilidad en todos los pueblos del Estado. Y en estos pueblos se está organizando también la ruptura democrática con el régimen. Qué mejor ejemplo que el del pueblo catalán. Decimos “es la hora de los pueblos”, y ahora esa frase cobra más sentido que nunca. Desde el respeto a los distintos pueblos bajo jurisdicción del Régimen del 78 tenemos que golpear con un solo puño internacionalista y solidario que tumbe definitivamente este régimen monárquico y corrupto.
Hemos llegado a la situación en que los pueblos y sus gentes no pueden seguir siendo presos de este régimen. Hemos llegado a una situación en la que, como decía Assata Shakur, “no tenemos nada más que perder que nuestras cadenas”.
Y para perderlas, la juventud castellana tiene que luchar, tiene que organizarse. La juventud somos el futuro, somos el motor de cambio de nuestro pueblo. Y en este momento tenemos que concienciarnos de la relevancia de la situación actual de debilidad del régimen y de las posibilidades de derrotarlo. Tenemos que organizarnos en cada pueblo, en cada barrio, en las asambleas antifascistas, feministas o en defensa del medio rural. Llevando a cada rincón de Castilla esas ansias de libertad, ese compromiso con nuestra clase y con nuestro pueblo y sus gentes. Esa esperanza de victoria, que al fin y al cabo es para lo que luchamos.
Por eso pedimos a la juventud castellana que pase a la acción y que dé ese paso a la militancia y al compromiso político que llevará a nuestro pueblo a su liberación. ¡Que nunca nos diga el pueblo que nos echamos atrás, si la suerte nos faltara, el valor no ha de faltar!
Viva Castilla libre y comunera
Viva Castilla feminista
Viva Castilla socialista