Nuestro cuerpo, nuestras normas: no somos mercancía.
Parece mentira que las jóvenes del Siglo XXI sigamos reclamando lo que ya hacían nuestras antecesoras del movimiento feminista: libertad para decidir sobre nuestro cuerpo, sobre nuestros úteros y sobre nuestras vaginas. Pero lejos de ser mentira es, cuanto menos,…